Caminera

 Durante el mes de Febrero del 2008, la autoridad máxima de la provincia anunciaba el renacimiento de la que hasta ese momento, era la olvidada policía caminera para volver a patrullar las distintas rutas provinciales, con la finalidad de educar a todos aquellos que se animaban a transitar por las mismas y lograr así una disminución de los accidentes.

Al poco tiempo, en nuestra región, vimos aparecer una flota de modernos patrulleros, que ubicados en distintos y cambiantes puestos estratégicos comenzaron con tan ardua tarea encomendada. En esos primeros días, la noticia de la presencia de estos servidores de la ley en cercanías de nuestra ciudad, trajo aparejada una especie de histeria colectiva. Las nuevas disposiciones para poder circular libremente comprendían el cumplimiento de una serie de ítems como eran la portación de tarjeta verde, licencia para conducir, seguro y balizas reglamentarias.

Con el correr de las horas se fueron agregando otras supuestas obligaciones, que se transmitían de boca en boca, rumores que eran alimentados seguramente por los mismos comerciantes que vendían estos artículos y que desataron un pandemonio o necesidad de compra compulsiva imposible de controlar. Así nos enteramos que además de lo nombrado, nos hacía falta llevar:

  • -un matafuego con polvo químico. El de gas carbónico que vos tenías no servía.
  •  -una cuarta o linga para enganchar el auto por si te quedabas a pata, Aquí las discusiones fueron interminables acerca de la medida que la misma debía tener y si debía ser rígida o flexible.
  • -un botiquín de primeros auxilios que incluyera además de las curitas, algodón y el alcohol, un set de agujas de coser, por si había heridos para suturar, un par de guantes descartable para recoger los restos del accidentado desparramados en la banquina, un par de tijeras etc. etc.
  • -una sabana blanca, para cubrir o trasladar al herido del accidente.
  • -una bolsa negra tamaño grande para empaquetarlo, si ya murió.                                                                                                       

 Como ven, la locura se había apoderado de la población a la par que los precios de los distintos elementos iban por el ascensor para beneplácito de los vendedores que llenaban sus bolsillos. Cuando el 99% de los vehículos contaron con todo lo enumerado ( exceptuado los propios patrulleros), a alguno se le ocurrió preguntarle a la misma autoridad policial cual era la justa verdad. Fue tarde, porque la estafa ya estaba consumada.

En la actualidad, las cosas han cambiado sustancialmente. Esa tarea disuasiva, llevada a cabo por los uniformados en los primeros tiempos, ha terminado. Esa sonrisa franca y amable que el noble policía ofrecía al detenerte, para indicarte que no tenías puesto el cinturón de seguridad, se ha transformado en otra, que te causa escozor, cuando ves asomar por debajo del labio unos dientes puntiagudos chorreando unas gotitas de baba, cual Drácula en presencia de una púber niña. Mas rápido que Robocop desenfunda talonario y lapicera, va rodeando el vehiculo inspeccionándolo cuidadosamente con los ojos entrecerrados fabricando una falta, mientras tanto en el interior del habitáculo un sudor frío te corre por la espalda que te llega hasta la raya del culo trasero, esperando el disparo inminente.

Los varillenses tenemos la desgracia suerte, de estar rodeados de puestos de control, y necesitamos sortear, para llegar por ejemplo a la ciudad de Córdoba distante 170 kilómetros, 3 o 4 de ellos por lo que el viaje se transforma en un juego de ruleta rusa, o mejor dicho una especie de orgía desenfrenada, porque al menor descuido te la ponen. Para los automovilistas de pueblos vecinos que llegan a nuestra ciudad y especialmente los de la zona rural que rodea Las Varillas, la situación es idéntica. Así se van sucediendo casos, y situaciones que por ser una población chica, todos se van enterando de lo que le ocurrió a fulano, mengano o perengano. Algunos ejemplos para revenir a futuras víctimas, ya que como de un dolor de garganta, con seguridad nadie se va a escapar.

Por ejemplo, los clásicos Sin cinturón y Luces bajas apagadas ya son historia. Ahora no te puede faltar ni un foquito, aún a mediodía las luces de la patente deben funcionar, al igual que los de la baliza intermitente. Caso contrario entre 100 y 200. Falta de alguna de las placas o la misma tapada con barro otros 150. Pisar la doble línea amarilla que en nuestro caso no existe. Es blanca. Sin anestesia son 400. Pasar sobre el cantero central para acceder a la ruta porque no hay ingreso hecho, son 500 sin chistar. Olvidate de llevar el perro atrás en la camioneta para que retoce en el campo. Solo es posible, si lo haces en una jaula abulonada a la chata. Ni hablar cuando tenés que transportar al campo más de dos peones en una camioneta cabina simple. Tendrás que hacer todos los viajes necesarios en múltiplos de tres. Falta de remito de mercadería transportada es grave. Ya se trate de una puerta vieja que parece nueva, una desmalezadota a pedal, o dos bidones con gasoil o dos docenas de huevos como le aconteció al que volvía de la chacra con la producción diaria de los plumíferos. Calladito tenés que aceptar lo que te toca, no se te ocurra insinuar una queja porque te acusan de desacato y te entintan los dedos en la seccional mas cercana. A veces muestran un atisbo de su lado humano y te pueden llegar a canjear la infracción mas grave por dos faltas menores. Es una especie de descuento que existe para clientes fieles y consuetudinarios.

Algunas otras situaciones plausibles de ser sancionadas que se agregaran a la brevedad se detallan a continuación.

  • – Presencia de alcohol dentro del habitáculo. Ya sea en el envase original o dentro del conductor. Reemplazar urgente la botellita de alcohol del botiquín por agua oxigenada. Se exceptúa el fernet por ser bebida típica cordobesa.
  • – Vidrios cubiertos de calcamonías que impidan una visión normal. Se exceptúa aquellas que hagan referencia a los clubes Talleres, Belgrano e Instituto.
  • – Música a todo volumen que impida un pensamiento racional o siquiera un pensamiento. Se exceptúa la proveniente de bandas cuarteteras de origen cordobés.
  • – Presencia de la suegra en el asiento trasero, sin le certificado zoosanitario correspondiente a especie en vías de extinción. Sujeta a confiscación e incineración.
  • – Presencia de “mujer de la noche” en el asiento delantero en posición comprometida con el conductor sin piloto. Sujeta a confiscación y usufructo del bien.

Prosiguiendo con la campaña de prevención, la semana entrante el gobierno lanzará un nuevo spot publicitario sobre el tema en cuestión, por LV3 y otras radios cordobesas. Para la realización del mismo se contó con la participación desinteresada del cantautor Joan Manuel Serrat que se avino a modificar parte de la letra del tema Cantares de su autoría so pena de multa por estacionamiento indebido en le último recital del Orfeo.

Caminera

Todos pasan  y algunos quedan
ya que lo suyo es pasar
pasar haciendo controles
controles con el radar

Nunca me persiguió la gorra
ni deje que me quitaran
los canas mi carnet
yo odio los tipos sutiles
impávidos  insensibles
cobradores de terror

Me gusta verlos juntarse
a la sombra  esperar
bajo el cielo azul,   pitar
súbitamente  y multarte
Nunca  me persiguió la gorra

Caminera son tus fines
el cobrar y nada mas
caminera, no hay salida
te cobran multa al andar

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la línea que nunca
has de volver a pisar.

Caminera son tus fines
…el cobrar y nada más.